martes, 6 de enero de 2009

Historia de una desaparición patrimonial

El edificio se mantenía en relativo buen estado hasta el año 2000, aunque evidenciaba algunos problemas, como una fisura en la fachada noroeste, otra en la sudoeste, algunos derrumbes tanto en la escalera de caracol como en el pretil y cubierta de una de las garitas.
En octubre de 2004 se produjo el desprendimiento de la parte del muro que albergaba la ventana orientada al mar, parte del pretil superior y la pared de la garita de vigilancia. Estos desprendimientos hicieron visible, desde el exterior, las grietas que afectaban a la bóveda de su habitación. El agrietamiento recorría toda la fachada marítima hasta la zapata. La grieta del muro suroeste, coincidente con la escalera interior, siguió empeorando. Llegaba desde el terrado hasta el nivel de suelo de su habitación (esta torre sólo tiene una en altura, siendo macizo el resto del edificio hasta el suelo, estructura propia de las torres almenaras o de vigía).
En noviembre de 2006, de nuevo a causa de las lluvias otoñales, se produjo un gravísimo derrumbe en el edificio histórico. En esta fecha fue denunciada por la asociación La Trocha (aunque se databa en prensa erróneamente en el siglo XVIII). Entonces se produjo la caída de la esquina sur de la torre, desde la ventana de la fachada marítima e incluyendo casi todo el frente suroeste.
Hemos sabido en la propia Delegación Provincial de Cultura de Cádiz que el motivo principal por el que no se ha producido la intervención para la consolidación y restauración del monumento ha sido la incapacidad de la administración pública para obtener la autorización de los propietarios de los terrenos para que se abra la pista necesaria para acopiar materiales hasta la torre.
Puestos en contacto como ciudadanos independientes, tanto con el Ayuntamiento de Algeciras como con la Delegación Provincial de Cádiz para interesarnos por este asunto, no hemos recibido respuesta satisfactoria, por lo que tememos que este monumento acabe destruido, ante la desidia de los gobernantes y el desinterés del público.

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